Las perspectivas para la carne vacuna en China son positivas y aumentan las oportunidades para la carne producida a pasto. En el corto plazo, hay un optimismo moderado en el comercio de carne vacuna, teniendo en cuenta que el país asiático ha sentido el impacto económico generado por la lucha contra el Covid-19. Pero en el mediano y largo plazo las señales son más sólidas, con el consumo de carne vacuna aumentando de forma gradual pero constante, una vez que haya quedado atrás la pandemia.
Así lo señala el informe Beef – New To China Market Product Report, elaborado por la oficina del USDA en Shanghai y publicado a comienzos de febrero.
La carne vacuna congelada tiene un mercado mucho más grande en China en comparación con la carne fresca o refrigerada, debido a menores costos. Los principales proveedores de carne congelada son Brasil, Argentina, Australia, Uruguay y Nueva Zelanda. El informe del USDA señala que proveedores como Brasil o Argentina ofrecen productos cárnicos a precios mucho más bajos y que los importadores no esperan una calidad tan alta.
“Los verdaderos competidores de la carne vacuna congelada, fresca y refrigerada de EEUU son Australia y Nueva Zelanda. Después de años de trabajar con supermercados y restaurantes de alta gama, la carne de vacuno alimentada a pasto de estos dos países dominan el exclusivo mercado chino. Los consumidores se han acostumbrado al sabor de la carne de res alimentada con pasto y la consideran una fuente más saludable y natural de carne vacuna, un mensaje que ha sido impulsado intensamente durante años por campañas de marketing de Australia y Nueva Zelanda”, destaca el reporte.
El USDA -que centró este reporte en el comercio de carne de EEUU en China- mostró un ejemplo de la diferencia arancelaria entre los cuatro principales países exportadores de carne de res fresca y refrigerada en el país asiático. Y ahí aparece Uruguay, en desventaja competitiva con ciertos países que gozan de arancel cero debido al establecimiento de tratados de libre comercio con China.