Un frigorífico con 3.200 empleados que faena 5.000 cabezas diarias –el 5% de la capacidad total de EEUU- cerrará en enero informó Tyson Foods, uno de los cuatro grandes procesadores estadounidenses.
La planta se ubica en Lexington, Nebraska y su actividad es clave como generadora de empleo en la zona, demanda para corrales de engorde y transportistas de ganado, pequeñas empresas proveedoras y el comercio regional asociado con la industria ganadera.
Tyson Foods está reestructurando sus operaciones de producción de carne vacuna ante la disminución de la oferta de ganado a su menor nivel en 75 años y precios de la hacienda que la industria afirma que están descalzados de los márgenes obtienen los frigoríficos.
La planta de Lexington ha estado operando con capacidad reducida por la escasez de ganado. La compañía informó que está enfrentando “pérdidas financieras continuas” en su negocio de carne vacuna y que “optimizará sus operaciones trasladando la producción a otras plantas”.
Además de cerrar la operación en Lexington reducirá a la mitad su producción en otra planta en Amarillo, Texas, que afectará a otros 1.700 trabajadores.
Tyson dijo que se compromete a ayudar a los empleados a postularse para puestos vacantes en otras instalaciones y está ofreciendo asistencia para la reubicación.
