La ózafra de terneros empezó de forma muy satisfactoria tomando en cuenta los desafíos que tenía por delante: una situación de baja en el mercado del gordo y una sequía que podia inhibir a la demanda. Eso no ha sucedido, los precios mantienen el eje de US$ 2,40, los terneros livianos de buena calidad superan los US$ 2.50 y los invernadores han mantenido la confianza de que tanto la falta de agua como las alteraciones que provoca el coronavirus son circunstanciales.
En la feria de Birriel Hermanos este lunes en Rocha el precio de los terneros se mantuvo por encima de los US$ 400 (promedio US$ 415). La firmeza también se percibe en el mercado de la ternera.
En el promedio de los remates de esta semana podría decirse que los precios sorprendieron. Y no fueron solo las dos ventas por pantalla sino también algunas ferias relevantes que se hicieron en Rocha, donde la sequía también tiene una presencia que podría afectar al mercado.
Habitualmente se considera que el precio del ternero tiende a bajar a medida que avanza el otoño y los invernadores van cubriendo sus necesidades de reposición. Sin embargo un repaso de las estadísticas no parece avalar una lógica de estacionalidad marcada, máxime considerando que el peso de los animales va en aumento.
La hipótesis de base es que China se recupere en un plazo razonable y esa es una hipótesis valedera. La cantidad de nuevos casos por día en China va en caída (131 ayer), menos de lo que están teniendo Corea del Sur o Irán, pero sobre todo muchísimo menos de los que tenía pocos días atrás. Las drásticas medidas tomadas parecen empezar a surtir efecto en el país de origen, no en el resto del mundo donde los casos van en alza. Con lluvias llegando el 10 de marzo y repitiéndose el 12 es posible que la siembra de verdeos, más volcados al raigras sea relativamente normal.
Eso parece indicar el mercado hasta ahora.
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