El gobierno de Bolivia impuso una prohibición a la exportación de carne hasta que bajen los precios en el mercado interno, que en los últimos meses han subido al menos 50% en forma injustificada, según las autoridades.
“El precio del ganado vivo tendría que disminuir paulatinamente, aspecto que hasta ahora no se ha evidenciado”, expresó el ministro de Desarrollo Productivo y Economía Plural, Néstor Huanca, al explicar la suspensión temporal de la exportación de carne “hasta que se regularice el abastecimiento y se reduzca el precio en el mercado local”.
La decisión recibió críticas de los ganaderos y la industria de la carne. La Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb) advirtió que la suspensión provoca una pérdida diaria de medio millón de dólares a la industria.
Actores productivos señalan que el incremento en el precio se debía al aumento en el precio de granos como maíz y sorgo y a la escasez de pastizales por la época de invierno y las quemas, que en 2024 consumieron más de diez millones de hectáreas en todo el país.
Bolivia ha intensificado la industria de la carne en los últimos años y los ingresos por exportaciones se dispararon desde US$ 12 millones anuales en 2016 a US$ 220 millones en 2024.
En el último año Bolivia fue el mercado emergente que más creció en sus envíos a China. En algunos meses de 2024 Bolivia estuvo a la par de Uruguay como exportador, con unas 10 mil toneladas mensuales.
El Gobierno de Luis Arce adelantó que esta semana se tendrá una reunión con los ganaderos y los frigoríficos encargados de la exportación, con el fin de evaluar si los costos disminuyeron y se puede retomar la venta para mercados internacionales.
Mientras se mantenga fuera del mercado internacional la ausencia de Bolivia podría generar algunos movimientos en las importaciones de China, que busca comprar carne a menor precio en mercados emergentes como el boliviano para reducir los valores de la carne importada en su mercado.
Bolivia registró en 2024 una inflación del 9,97%, la más alta desde 2008, año en el que el alza de costos alcanzó un 11,8%, debido a efectos climáticos y a la elevación internacional de los precios de los alimentos.
Mientras los ganaderos y la industria buscan destrabar la situación, la Federación Única de Trabajadores en Carne y Ramas Anexas (Futecra) pidió al Gobierno formalizar la suspensión de exportación de carne vacuna a través de un decreto supremo, que prohíba la venta externa por un periodo de hasta tres años.
“Pedimos que la suspensión de exportación de carne sea por medio de un decreto o de una ley, por lo menos dos a tres años”, afirmó el presidente de la federación, Gliserio Serrano, en conferencia de prensa para evitar que las subas continúen y garantizar el abastecimiento interno.