El mercado internacional quedó ajustado nuevamente en su proyección de oferta a partir del informe de área y stock (trimestral) de EEUU. Eso coloca a la soja en terreno volátil, dependiente de que se concreten lluvias anunciadas para las zonas productoras. También el maíz se moverá al influjo del clima en EEUU, pero en la región para los cereales todo es firmeza.
A partir de los datos del USDA de la semana pasada, el mercado de soja y maíz parece asegurar un precio sostenido, el llamado superciclo por lo menos parece irá hasta 2022.
En el caso de la soja, porque la superficie sembrada en EEUU quedó de 35,43 millones de hectáreas. El mercado esperaba 36 millones de hectáreas. La proyección de 120 millones de toneladas de cosecha parte de un rendimiento récord previsto en 3.416 kilos por hectárea. Cada vez más difícil que se llegue a ese rendimiento con un tercio de los cultivos con faltante de agua. Con exportaciones estimadas en 5,6 millones de toneladas el stock a 2022 quedaría en 4,22 millones, eso hace difícil que los precios bajen.
El clima será determinante a partir de mañana y empezará en breve a mirarse la siembra de Brasil, porque no habrá un excedente importante de EEUU que no aparezca a costas de disminuir un stock que seguirá muy bajo.
En Uruguay tras el informe del USDA del miércoles ocurrió una suba muy importante que llevó las cotizaciones de nuevo a los US$ 500 pero el viernes el mercado terminó a la defensiva sobre los US$ 495.
En el caso del maíz el área proyectada fue menor a lo que se esperaba pero subió respecto a la proyección de marzo. En 37,51 millones de hectáreas, superó en 640.000 hectáreas a la estimada en marzo, de 36,87 millones, quedó por debajo de la expectativa de los privados que estaba en 37,95 millones de hectáreas. El área cosechada quedaría en 34,20 millones de hectáreas, sólo 410.000 hectáreas por encima del dato previo. Si se diera el rendimiento proyectado que también es récord, en 11.266 kilo por hectárea, la producción de EEUU pasaría de 380,76 a 385,30 millones de toneladas. Las exportaciones estadounidenses se estiman actualmente en 62,23 millones de toneladas, diez millones menos que en la temporada previa y el stock se mantendría bajo: 34,47 millones de toneladas, seis millones más que el actual, una recuperación leve para el volumen de maíz que consume EEUU y el mundo y para la ausencia de exportadores complementarios que habrá consolidan un panorama ajustado para 2022.
Pero además es un stock muy dependiente de que EEUU logre un rendimiento récord y de una producción en América del Sur que no tiene mayores excedentes para abastecer al resto del mundo dada la crisis de Brasil.
En efecto, el problema adicional es Brasil con su segunda cosecha de maíz, que le restará a su oferta exportable más de 10 millones de toneladas, ahora las heladas quitaron unas cinco millones de toneladas adicionales (ver nota aparte). De modo que esa tenue recuperación de stock de EEUU ocurren con exportaciones estimadas por el USDA en 62,23 millones de toneladas, casi 10 millones abajo del ciclo 2020/2021. Todo muy ajustado.
Todo depende de que EEUU tenga una excelente cosecha, entre las lluvias que llegan por el este y el calor que llegar por el oeste, estas próximas semanas serán decisivas, por ahora la perspectiva parece de tiempo favorable a los cultivos.
Trigo
El mercado de trigo parece más calmo tras lluvias caídas en las Dakotas, en EEUU. Además avanza la cosecha en el hemisferio Norte y la siembra en el hemisferio Sur. En Kansas, la Unión Europea y la ex Unión Soviética avanzan las cosechas lo que modera precios. Por otro lado la siembra en el hemisferio Sur, Argentina, Australia y Uruguay tiene una buena semana por delante. Debe quedar prácticamente concluida la tarea de sembrar y los cultivos arrancan en fecha y con un interesante potencial.
La cosecha en la ex Unión Soviética y Europa pareció expresarse en una merma en las ventas de EEUU, donde el trigo también quedó con un stock bastante acotado.
El mercado en Uruguay
En el Mercosur los cereales siguen firmes dado que el balance tiene un hueco muy grande en la oferta de maíz de Brasil que empuja a los cereales. De esa forma se pueden asegurar US$ 230 por trigo que recién se está sembrando y se paga US$ 250 por el trigo disponible. Por el maíz puesto en destino el precio se ubica sobre US$ 260 a US$ 265 y empieza a cotizar el sorgo a US$ 200, todo con tendencia levemente alcista.