Cada vez más alarmantes las noticias que llegan de Brasil con un Poder Ejecutivo enfrentando con el Banco Central, ventas ingentes de reservas que no generan más que una baja momentánea a la que el mercado responde con una llamarada más alta que la anterior. Paquetes fiscales que se aprueban otorgando concesiones que hacen poco convincentes a esas medidas.
Un escenario tan grave, con un dólar que ayer cerró en 6,29 reales y que día tras día marca récords en un espiral que no tiene un final a la vista, se consolida como el riesgo principal para un panorama ganadero local favorable pero en el que también hay que seguir de cerca un panorama sindical que parece haber cambiado luego de las elecciones.
Mejora la cuenta la suba del dólar en Uruguay, que aunque no sigue la trayectoria de Brasil, volvió hoy a marcar máximos desde el comienzo de este período de gobierno.
La magnitud de lo que sucede en Brasil obliga a recalcular expectativas en carne, tal vez en lácteos y en arroz y dejar las perspectivas eufóricas en espera. Lo de Brasil es una ola que recién está empezando y puede ser un tsunami. Ya lo fue en 1999.