Los cultivos de invierno están entrando en fechas clave para la definición de rendimiento con muy buen potencial, aunque preocupa cada vez más la escasez de lluvias en el suroeste del país, la principal zona de cultivos. Las próximas horas son importantes si se cumplen los pronósticos que anuncian precipitaciones.
Luego de cuatro zafras con muy buenos rendimientos para el trigo y la cebada, en la presente temporada está instalada la incertidumbre acerca de si el agua disponible será suficiente para una correcta etapa de llenado de grano.
Los cultivos se ven muy bien pero la falta de agua en algunas chacras es “severa” afirmó Esteban Hoffman, director de Unicampo. Si bien la cebada es tolerante al déficit hídrico, en los cultivos más tempranos “algunos kilos ya se perdieron”, indicó el consultor en Tiempo de Cambio de Radio Rural.
A los cultivos de trigo les beneficia haber sido instalados en fechas más tardías por lo que si en las próximas semanas se concretan lluvias “no va a tener problemas”. Por ahora “están tan buenos como el año pasado” consideró Hoffman y “si tenemos lluvia (esta semana) podemos tener una cosecha espectacular”.
En cuanto a las cebadas destacó que las que fueron sembradas más tarde están en mejores condiciones y “más sanas” que el año pasado: muy poca mancha en red –que fue un problema en estas fechas de 2023- y sin los niveles de vuelco de la zafra anterior.
Los plantíos de colza, si bien sufrieron con las heladas y en algunas zonas fueron dañadas por caída de granizo, pueden dar una sorpresa, consideró el titular de Unicampo: “las chacras se veían con escaso crecimiento pero en las últimas semanas de radiación solar y temperatura ideal tuvieron una mejora significativa”.
Además del estímulo que da la mejora los precios -esta semana volvieron a subir y se acercaron a los 500 euros por tonelada en Europa- los niveles de productividad podrían ser mejores a los esperados. En Uruguay el precio de la colza al productor subió a US$ 484 por tonelada y la carinata a US$ 540 /ton.
Para el arroz, por el contrario, lo que se necesita es que no llueva. Con una intención de sembrar 183 mil hectáreas, 20% más que el año pasado, el avance es de 3%.
“El clima no ha permitido un avance ágil pero se encuentra dentro del promedio histórico; de darse las condiciones, la capacidad de siembra cumple con el objetivo de colocación en fecha de siembra óptima”, evaluó en la última semana la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA).