Solo las secuencias de cebada seguida de soja, o colza en invierno y soja en verano, podrían arrojar un saldo económico positivo para los agricultores, de acuerdo a las proyecciones que este lunes dio a conocer la Federación de Grupos Crea.
«Frente a un pronóstico desafiante de mercados, debemos estar atentos a las oportunidades. Para eso debemos conocer muy bien los costos, producción y proyecciones en nuestras empresas», subrayó Nazar Rodríguez, coordinador Agrícola, en la Jornada de Cultivos y Sistemas 2024.
«Es clave diversificar, asesorarse, planificar y actuar», expresó Rodríguez.
En el caso del trigo Fucrea calcula un ingreso de US$ 190 por tonelada para la próxima cosecha y rendimientos sobre los 4.000 kilos por hectárea, con un margen negativo de US$ 142 por hectárea. Plantar trigo en invierno y luego soja también arrojaría resultados negativos de acuerdo a los precios actuales.
Aun si mejora 15% el precio de la soja o el rendimiento es 18% mayor en trigo, el escenario sigue siendo muy desafiante.
La cuenta para el maíz resulta en una pérdida de US$ 400 por hectárea.
En cuanto a las secuencias que dejarían márgenes económicos favorables, plantar soja atrás de la cebada arrojaría un saldo de US$ 38 por hectárea para los agricultores.
El resultado más positivo de acuerdo a las proyecciones de Fucrea es la soja sobe colza, con un margen de US$ 82 por hectárea. Esta opción se ve recortada este año por el área de colza más reducida de los últimos años, que según operadores no alcanzaría las 100.000 hectáreas, menos del 10% de la proyección de siembra de soja.