Los frigoríficos brasileños alargaron las entradas, reforzando la presión bajista sobre un mercado del gordo que se ha afirmado en las últimas semanas. Los productores conseguían hasta este miércoles mantener la estabilidad en los precios reteniendo oferta frente a una industria comprada que pretende corregir a la baja sus propuestas de valores.
El promedio para los novillos de exportación es de US$ 3,20, con una brecha estrecha respecto al novillo de consumo interno que promedia US$ 3,15
La referencia para las vacas en el eje de US$ 2,90 y US$ 3 para las vaquillonas.
Con la reducción de la demanda el volumen de operaciones se contrajo el miércoles. La consultora S&P Global señaló que los principales operadores de la industria estiraron las cargas hasta el 6 de noviembre y, en consecuencia, han dejado de comprar.
Algunas plantas faenan animales de corrales propios y ganados de encierros con negocios previamente concertados por lo que el mercado de animales de pasto redujo la actividad, poniendo presión sobre la parte vendedora.
Según S&P Global, las industrias medianas y pequeñas se benefician de este contexto de baja liquidez para ofrecer precios inferiores a los niveles actuales. Algunos negocios se han hecho con estos nuevos valores, pero la oferta limitada de hacienda terminada permite que por ahora se mantenga la estabilidad.
El mercado interno brasileño de carne vacuna sigue teniendo grandes dificultades para absorber los stocks actuales, reflejo del bajo poder adquisitivo de la población, especialmente en el período de fin de mes, indicó la consultora Scot.