El índice flaco/gordo que mide la relación de precios del novillo y el ternero subió esta semana a 1,40 lo que representa un precio de los terneros 40% por encima del precio del novillo en pie.
Es la relación más alta desde setiembre del año pasado, cuando llegó a estar en 1,46 en un contexto en que el novillo bajada agudamente de precio mientras el ternero mantenía una cotización más sólida.
Sin embargo, desde el año 2016 no se registraba una brecha de precios tan grande a favor de la cría en plena zafra de terneros.
Aunque la cotización del dólar juega en contra y recorta los márgenes, el estado de las terneradas con muchos kilos producto de la abundancia forrajera es una ventaja.
En el remate de Lote 21 de la semana pasada los terneros de más de 180 kilos se vendieron a un promedio de US$ 547 por bulto y US$ 2,61 por kilo. El promedio general para todos los terneros fue de US$ 522,5 al bulto y US$ 2,66 por kilo.
Y esta semana en Plaza Rural se repitieron los altos valores al bulto: US$ 538 para los terneros de más de 180 kilos y US$ 504 para el total de la categoría con un promedio de US$ 2,74 por kilo.
La oferta de comida empuja la demanda y sostiene los valores, no solo en los remates por pantalla sino también en los negocios en el campo. El lunes pasado en la grilla de la Asociación de Consignatarios de Ganado (ACG) el promedio para los terneros fue US$ 2,75 por kilo. Desde principio de año ganó 50 centavos, casi 23%. Hay que remontarse a setiembre de 2022 para encontrar precios similares.
Otro dato elocuente de la ampliación de la brecha entre novillo y ternero es que comparados con 12 meses atrás los precios del novillo en pie están 7% abajo y los terneros 13% por encima.
Según los consignatarios los terneros están muy demandados, tanto los castrados para recría como animales enteros para la exportación, con buena concreción de negocios.