El mercado de ganado gordo en Brasil está en un compás de espera en las primeras horas tras el anuncio de que China volverá a importar carne de Brasil, según una resolución de Aduanas de este miércoles con efecto inmediato.
La reacción fue positiva en la bolsa y celebrada por la industria cárnica. Repercutió inmediatamente en el valor de las acciones de los frigoríficos brasileños, pero fue tomada con cautela por el mercado físico de ganado, con precios conservadores, según Alcides Torres, analista de mercado de Scot Consultoria entrevistado en Noticias Agrícolas.
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Las expectativas son altas en el corto plazo. China aumentará 4% sus compras de carne vacuna en 2022 y Brasil seguirá siendo su principal mercado.
El precio de la arroba está en 312 reales y «en verdad, no está habiendo negocios porque los frigoríficos ahora van a tener que remontar sus estrategias de compras, pero ya los productores están pidiendo 340 reales», según relevó Agrifatto.
Brasil exportó a China 716.139 toneladas de carne vacuna por US$ 3.863 millones entre enero y noviembre de 2021.
Para principios de setiembre de 2021, cuando los dos casos aislados de vaca loca cerraron las puertas de su principal mercado, la vertiginosa curva ascendente de las exportaciones brasileñas se truncó.
Había empezado el año con menos de US$ 500 millones mensuales en exportaciones a todos sus mercados –alrededor de 60% a China-. Desde febrero comenzaron a crecer a un promedio de 20% mensual. Para agosto ya había superado los US$ 1.000 millones mensuales y con perspectivas de seguir creciendo. En octubre y noviembre, según los últimos datos de Aduanas, exportó US$ 424 millones y US$ 399 millones: perdió al menos US$ 600 millones por mes.
En todo 2020 las exportaciones de Brasil a China habían totalizado 868.703 toneladas y US$ 4.037 millones, el 48% del total de las exportaciones totales de carne vacuna, y en el presente año se perfilaban para superar largamente los US$ 5.000 millones.
“Al final una buena noticia para la ganadería y para Brasil. China levantó el embargo que nunca debería haber tenido lugar, demostrando que el tema nunca fue sanitario, sino político-económico. Con 1.400 millones de personas que alimentar, y una clase media emergente muy importante, a la que le gustaba nuestra carne por el precio, la calidad y la cantidad, el gobierno chino ya no podía manejar este embargo”, dijo el presidente de la Asociación de Criadores de Mato Grosso (Acrimat), Oswaldo Ribeiro Júnior, citado por Noticias Agrícolas.
La Administración General de Aduanas de China dejó en claro que las importaciones de productos brasileños se limitan a productos procedentes de animales de menos de 30 meses.
«Con esto, la certificación y envío de proteína animal a China se normalizará y podrá reanudarse a partir de hoy», informó el Ministerio de Agricultura de Brasil.
«Es realmente una buena noticia que llevamos esperando un tiempo, ya habíamos entregado toda la información técnica y estábamos esperando la confirmación», dijo la ministra de Agricultura, Tereza Cristina, en una entrevista con la radio Jovem Pan.
Según Ricardo Reilly, delegado de la Asociación Rural ante INAC, la normalización del comercio entre China y Brasil “va a tener un impacto, tal vez no tanto en el precio internacional de la carne, pero sí en el precio de la hacienda” en Brasil.
Este miércoles buena parte de los frigoríficos brasileños se mantuvo fuera del mercado, mientras trazan las estrategias de reactivación para los próximos días-
Ricardo Reilly dijo a Tiempo de Cambio de radio Rural que es necesario ver cómo se reacomoda y se rehabilita la carne cárnica, pero estimó que a nivel local “no debería tener un impacto tan grande”.
Teniendo en cuenta el nuevo escenario –esperado, porque incluso ya se había prolongado más de lo previsto inicialmente- dijo que es difícil hacer pronósticos 2022, aunque “debería ser un año relativamente similar a este, en el promedio anual, sin concentrarnos solo en el último cuatrimestre y los precios de exportación y las cifras de faena”.
Otras fuentes de la industria local apuntaron que «la entrada a China de 140.000 toneladas que estaban embarcadas antes del 4 de setiembre de alguna forma atemperó el mercado. Así que va a ser un aterrizaje más suave».