Se encienden luces amarillas en la industria frigorífica argentina por la aparición de nuevos casos positivos de COVID-19 en trabajadores.
Algunas plantas están con cierres temporales para evitar la propagación de la enfermedad. El diario argentino La Nación informó que este fin de semana empleados de dos plantas del área Metropolitana de Buenos Aires dieron positivo a la enfermedad.
Uno de los casos fue en el frigorífico Santa Giulia, en Alejandro Korn, donde un hombre llegó a planta a trabajar con síntomas similares al nuevo coronavirus. Tras el caso, el frigorífico aisló a las personas que mantuvieron contacto estrecho con el empleado enfermo. Y desde el gobierno de la provincia de Buenos Aires se decidió el cierre de la planta sin haber labrado un acta que constate la situación que atraviesa la empresa, según señalaron fuentes al diario argentino.
La Nación informó además de un segundo caso en Maneca, un frigorífico de Tigre, donde habrían aparecido dos casos sospechosos que obligaron al cierre temporal de la compañía para descartar una posible ola de infectados.
Desde los gremios que representan a los empleados de estas plantas señalaron que se pusieron en marcha protocolos sanitarios de seguridad para detener la propagación de la enfermedad y se le pidió al personal que se mantenga aislado dentro de sus casas hasta no estar seguros de haber controlado la situación.
Desde el sector indicaron que, si bien los frigoríficos crearon un protocolo sanitario dentro de cada una de las empresas, es imposible controlar a los empleados cuando están fuera de su horario laboral. Temen que esto siga ocurriendo y los casos se sigan multiplicando.