El ganado gordo de pasto sigue demandado por la industria y los valores continúan al alza, con oferta retraída y “un clima de negocios opuesto al habitual para estas fechas, que tradicionalmente son de ajuste de stocks antes del verano”, consideró Gustavo Basso, director de Gustavo Basso Negocios Rurales.
Según el operador el mercado en suba, con una demanda activa, encontrará un freno en el nivel de actividad más bajo de las próximas semanas, con cierres de algunas plantas y baja del ritmo de faena en otras.
El año está terminando con “una tendencia al alza sostenida” que coloca al novillo entre US$ 3,20 y US$ 3,30 por kilo en cuarta balanza, la vaca gorda entre US$ 2,90 y US$ 3 y la vaquillona en el eje de US$ 3,10.
En los negocios de la semana pasada según la planilla de la Asociación de Consignatarios de Ganado (ACG) los promedios para los novillos fueron de US$ 3,21 y de US$ 3,25 para los novillos especiales.
La demanda sigue mostrando avidez con entradas cortas y “una subida cauta pero con recuperación de valores” con los mejores novillos obteniendo “US$ 3,30 y algún centavo más” y vacas hasta US$ 3.05”, apuntó José Manuel Rubio, del departamento de Haciendas de Megaagro y directivo de ACG en 100% Mercados de Radio Rural.
“Los volúmenes premian y también las entradas para días complicados como el lunes 1º de enero”, agregó el consignatario.
La oferta se retrajo “una vez cumplidas las obligaciones financieras” señaló Rubio, con una demanda que cinchó más que la oferta y eso “se vio en la faena” que se mantiene por encima de las 50 mil cabezas desde hace 10 semanas.
Si bien como puntualizó Basso “la capacidad de la industria es mucho mayor a la que estamos teniendo” la faena en los últimos meses refleja la buena disponibilidad de ganado gordo y que los productores tienen que hacer caja sobre fin de año.
En la reposición todas las categorías están muy pedidas y con oferta escasa. “Una reposición con kilos que se está haciendo valer y el pasto le da respaldo; la demanda de novillitos y terneros para corrales está activa y con un invernador a pasto que le compite por la hacienda”, dijo Rubio.
En ovinos la zafra fue “peculiar”, anotó Basso, “con una faena fuerte y más alta que el año pasado en el primer semestre y a partir de ahí la oferta estuvo equilibrada con la demanda, con un ajuste positivo de valores en diciembre que no es usual”.
El mercado para los lanares fue fluido, sostenido y firme “y termina muy bien el año”, afirmó el operador, que tanto en vacunos como en ovinos ve “muy buenas perspectivas para la formación de precios en 2024”.