A pesar de los efectos negativos de la pandemia en la demanda interna brasileña, el novillo gordo no solo resistió el Covid-19. En los hechos el valor de la hacienda se afirmó con un movimiento que podrían llevarlo nuevamente a los precios récord alcanzados en 2019.
Según informó el portal Valor Económico la demanda interna más débil en Brasil no ha sido capaz de bajar los precios. En el último mes, el indicador Cepea aumentó un 8,1%, a R$ 221,9 por arroba -15 kilos-. En 12 meses, el aumento acumulado es de 44,7%.
En términos nominales el indicador está cercano al récord de R$ 231,35 del 29 de noviembre de 2019. Dado que el pico en la temporada baja es solo entre octubre y noviembre, hay espacio para que aumente el precio del ganado, dice Michel Tortelli, socio de Finpec, una startup que recauda fondos de inversores para comprar ganado y engordar en corrales.
Según los analistas, el suministro restringido de ganado ha estado anulando la demanda interna, que absorbe más del 70% de la producción nacional, dictando los precios.
Con el aumento del precio del ternero, se alentó al ganadero a retener más vacas para la cría, reduciendo el suministro de animales enviados a los frigoríficos. En el primer trimestre, la faena fue de 7,2 millones de cabezas de ganado, un 8,4% menos que en el mismo período del año pasado, según el IBGE.
Además, la mayor preocupación de seguridad de China (el país ha aumentado las pruebas de alimentos importados en un esfuerzo por evitar una segunda ola de covid-19) puede afectar las exportaciones al país. «Creo que el escenario es para una reducción de las importaciones chinas, pero Brasil tiene ventajas competitivas, como el tipo de cambio», dijo Wagner Yanaguizawa, analista de Rabobank. China ha sido en gran parte responsable de las exportaciones récord de carne vacuna de Brasil a lo largo de este año.