A partir del 1° de enero de 2026 Argentina avanzará con la obligación de que todos los bovinos que se utilizan en el país para producción de carne o leche lleven un chip que almacene información sobre el animal y así se pueda seguir de manera permanente su trazabilidad desde que nazca y sea destetado.
Los detalles se dieron a conocer este lunes en una extensa resolución publicada por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) en la que se actualiza las condiciones del Sistema Nacional de Identificación Electrónica de Animales, con la incorporación de estos dispositivos.
El Gobierno iba a poner en marcha este año el sistema, entregando gratis los dispositivos a los productores, pero tras un cortocircuito luego de una fallida licitación internacional decidió postergar la entrada en vigor.
Esta vez no habrá distribución gratuita, sino que los productores lo deberán pagar de su bolsillo a proveedores autorizados.
El costo de la tecnología puede ir de medio kilo de novillo a 750 gramos según una empresa proveedora, desde US$ 2 por cabeza
La resolución 530 del Senasa, en su artículo 3, precisa que “los productores deben adquirir los dispositivos oficiales de identificación individual electrónica animal a través de los Proveedores de Dispositivos Oficiales de Identificación Animal debidamente inscriptos conforme la normativa vigente, y de su red de distribución”.
De acuerdo al artículo 5, “los productores deben realizar la lectura de los dispositivos en los establecimientos agropecuarios, ya sea por cuenta propia o por servicio de terceros, e informar al Senasa, en forma previa o posterior a cualquier movimiento de los animales, en función de las exigencias de cada destino”.
Desde 2024 la identificación electrónica ha avanzado del 7% al 10% hasta 15% o 20% en 2025, dijo el representante de una empresa proveedora a La Nación.
La puesta en agenda del tema en el último tiempo sirvió para que haya una “predisposición del productor y una tendencia de adopción de tecnología”
La medida, indica el Senasa apunta a “avanzar en la implementación de tecnologías que optimicen los procesos de identificación y fortalezcan la trazabilidad animal en Argentina, en concordancia a los estándares internacionales”.
También será obligatoria la identificación con microchip para los productores de equinos y opcional para los productores de ovinos, caprinos, camélidos y porcinos.
Nuevo sistema de tipificación
Además de la identificación vacuna, el 1° de enero también arrancará un nuevo sistema de tipificación de la carne, el sistema “Traza”, al que tendrán acceso en línea todos los eslabones de la cadena productiva y la industria, lo que les permitirá saber dónde está la hacienda y qué destino tiene en cada movimiento.
Es “muy parecido al que tienen los países exportadores como Estados Unidos, Australia y Brasil”, dijo Andrés Costamagna de la Sociedad Rural Argentina, tras una reunión en la que representantes de la Secretaría de Agricultura explicaron tanto el sistema de identificación como el de tipificación.
Uruguay ajustó su sistema de tipificación en frigoríficos a partir de 2024.
“Se va a poder medir el área de ojo de bife, la grasa dorsal y toda una serie de parámetros que van a dar cuenta de la calidad del producto, y que por lo tanto habilitaría el pago por calidad de la carne”.
Costamagna afirmó que eso sería más fácil de negociar con la industria exportadora, que valora esos datos y que desposta la carne. Sin embargo, “mientras se siga vendiendo por medias reses al mercado local, el 70% de la carne, va a ser más complicado”.
En base a La Nación, Infocampo y Bichos de Campo