Si bien el precio de la mayoría de los productos del agro sigue muy por encima de los promedios de los últimos tiempos, y el índice de precio de los alimentos de FAO marcó un nuevo máximo en 10 años, el precio de los insumos no le va en zaga. La crisis energética de China y el alto precio de las energías fósiles, presionadas por nuevas regulaciones para frenar el calentamiento global es uno de los factores de una suba que no se sabe dónde tendrá su techo.
Las causas no es solo la crisis energética, entendió Alberto Cruces, encargado de insumos de Zambrano y Cía en el programa Tiempo de Cambio.
“La realidad es que desde el inicio de este año el precio de los agroquímicos en particular los glifosatos y los fertilizantes un fosfato de amonio de US$ 400 se ha ido arriba de US$ 800 por tonelada, la urea de US$ 300 y algo se aproxima ahora a US$ 800 los glifosatos de US$ 250 a US$ 850 y no se sabe bien a cuánto van a llegar”, explicó.
Otro factor es el manejo de las compras a precios tan altos. “Casi todos los importadores quieren tener poco stock para no quedar comprado con valores tan altos, porque hay la presunción de que parte de esto no es relacionado con lo que pasa genuinamente y que los precios pueden caer. Por ejemplo, China anunció más requisitos ambientales lo que dejó afuera a fábricas de glifosato. Puede tomar una decisión en contrario y que el precio baje.
A eso se suma que hay problemas de logística, de costo de fletes y contenedores.
Tanto por stock reducido como por una mayor demora hay momentos en los que algun insumo ha faltado, pero por ahora está todo cubierto.
En lo que refiere a semilla fina explicó que los semilleros vienen muy bien, aunque algo de área se perdió para la agricultura. La gente que tiene semilleros se ha puesto muy fina productivamente y la productividad ha aumentado.