La faena de corral este año rondará las 270.000 cabezas, representando aproximadamente el 14% del total industrializado, de acuerdo a los datos presentados por el Instituto Nacional de Carnes esta semana.
“Veo los datos desde nuestro sistema de producción como buenos, porque frente a todas las adversidades que hubo en lo que es mercados, el sistema de producción de engorde de ganado a corral se mantuvo y creo que eso es bueno para el Uruguay”, dijo Álvaro Ferrés, presidente de la Asociación Uruguaya de Productores de Carne Intensiva (Aupcin).
Consideró que la producción a corral permitió mantener ciertas oportunidades de mercado, dinamismo en los ganados de recría y la extracción y cierto dinamismo en la integración agrícola-ganadera, sostuvo en el programa Tiempo de Cambio de radio Rural.
Ferrés estimó que puede haberse registrado una baja en lo el encierro de ganado no cuota este año, que no necesariamente salen de corrales que tienen el DICOSE habilitado para cuota.
“Es impensado el Uruguay sin corrales de engorde”, subrayó, “es una tecnología que frente a la adversidad se mantiene”, sostuvo, apuntando a las posibilidades de crecimiento que tiene ese rubro dentro de la ganadería.
Sobre la suba en la faena de 2- 4 dientes y la baja en la faena de vaquillonas, consideró que ante un fuerte estímulo de la cría muchos productores retuvieron hembras y no se tentaron a vender para engorde. Sumado a cierto optimismo para la ganadería hacia adelante que lleva a que la gente apueste a la ganadería.
“Uruguay pasa por un salto productivo que está dado por la cantidad de madre, por el porcentaje de preñez, la capacidad de faena y la cantidad de terneros que se destetan. El desafío es mantenerlo”, advirtió.
Para el presidente de Aupcin, Uruguay tecnológicamente puede mantener un rodeo de cría de más de 4 millones de vacas, una parición por encima de 3 millones de terneros y una faena de más de 3 millones de cabezas, siempre y cuando el sistema permita mantener ese escenario en situaciones adversas, como puede ser un afloje en la demanda.
Una producción de 3 millones de tenernos con un precio de US$ 2 por kilo “llegó para marcar un piso”, tanto por el lado de los invernadores como de la exportación en pie. “Ambas válvulas a esos valores parece que actúan, da la sensación que mucho más debajo de esa referencia no se va a ir”, indicó.
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