“Esperábamos una cosecha de 3,5 millones de toneladas y hoy estamos hablando de una cosecha más próxima a los 3 millones de toneladas; más allá de que la cosecha sufrió las caídas de los rindes, siguen siendo volúmenes importantes”, señaló Joaquín Basso, responsable de Originación de Cargill, a Conexión Agropecuaria.
Ya en la última semana de junio persiste la incertidumbre en los rendimientos finales con situaciones muy dispares, como cierres de 2.700 kilos por hectárea a 2.100 kg/ha por parte de grupos agropecuarios grandes con diversificación de zonas importantes.
La calidad en el litoral fue correcta si bien los niveles de proteína fueron bajos: “nuevamente la soja presenta niveles de proteína más bajos a lo que tenemos acostumbrados”.
Trazando un eje desde la ruta 5 al este los problemas de calidad son más importantes, concentrados en el este y la frontera noreste con Brasil que sufrieron los mayores excesos de lluvias.
En Copagran, con la cosecha prácticamente finalizada, los rendimientos se estiman entre 2.300 a 2.500 kilos por hectárea cuando previo a la trilla se esperaban unos 2.700 kg/ha, dijo el presidente de la cooperativa, Juan Manuel García, a Conexión Agropecuaria.
Las sojas de primera rindieron más que las de segunda aunque se redujo algo el rinde en el llenado de grano por baja luminosidad y exceso de agua, sobre todo en Soriano y Colonia.
Los cultivos de segunda que en muchos casos no pudieron ser implantados en fecha arrojaron rendimientos de entre 1.500 y 2.000 kilos por hectárea en Copagran.
En base al cálculo de área sembrada de 1,3 millones de hectáreas realizado por Urupov y un rendimiento que hoy se estima en unos 2.300 o 2.350 kilos por hectárea la producción país se acercaría a 3 millones de toneladas.
Es una cosecha satisfactoria en volumen y por encima del promedio en cuanto a rendimientos, con precios bajos a lo largo de prácticamente toda la campaña con la excepción de algunas semanas de mayo cuando alcanzó los US$ 440 por tonelada.
El margen es positivo para los productores, aunque menor al esperado, en parte por los precios y en parte por los sobrecostos que conspiran contra la rentabilidad para los productores ya que “se cosechó todo muy húmedo, el 90% fue a secado con un promedio de 17% a 18% de humedad”, apuntó García.
Desde el punto de vista comercial queda mucha soja por vender, por la incógnita que mantenían los productores sobre cuántos kilos podrían obtener: “previo a ese pico de US$ 440 no se había vendido casi nada, y todavía queda un porcentaje alto por vender”, señaló el presidente de Copagran.
El productor Gabriel Carballal hizo su balance de la zafra en Tiempo de Cambio de Radio Rural: “el resultado productivo es bueno, no muy bueno como esperamos en algún momento, con costos voluminosos en secado, combustibles y reparaciones en algunas chacras”.
Manejó rendimientos de 2.200 o 2.300 kilos por hectárea, considerando un litoral oeste “más productivo, con empresas de más de 3.000 kilos por hectárea, y en el este y el norte debajo de 2.000 kilos”.
Según Carballal, “considerando lo desafiante del año no está tan mal”.