El precio internacional de la lana cayó a su menor valor desde mediados de octubre de 2022, estirando una racha bajista de tres semanas como consecuencia de la abultada oferta y la baja calidad del producto. Para los compradores se hace difícil dar con los lotes que buscan en términos de resistencia al lavado, largo de mecha y contenido vegetal.
Mayo es por lejos el peor mes del año para el negocio lanero. En la última semana el Indicador de Mercados del Este (IME) bajó a US$ 8,01 por kilo base limpia, una caída de 4,6% en la cotización y un retroceso de 39 centavos.
Desde principios de mes la cotización retrocedió 6,9%.
En la última semana el desempeño de los valores se atribuye exclusivamente a la distancia entre las puntas compradora y vendedora, ya que no hubo influencia del tipo de cambio. La moneda australiana se depreció ligeramente. En divisa local la caída semanal fue de 49 centavos.
La corrección a la baja fue más significativa en el extremo más fino de la oferta (lanas Merino de menos de 20 micras) y menos abruptas en las lanas cruza de 25 micras en adelante.
Mercado local
Con este panorama de precios los negocios a nivel local están paralizados. Ni el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) ni la Unión de Consignatarios y Rematadores Laneros informaron de negocios concretados.
Para las lanas Corriedale de 26 a 28 micras se ofrece entre US$ 0,70 y US$ 0,80 por kilo base sucia.
La industria local está stockeada con lanas de buena calidad y también hay mucha lana en manos de productores y consignatarios: unos 40 millones de kilos, que equivalen a una zafra y media largas, tradicionalmente de 25 millones anuales.
Además de la situación de mercados –incertidumbre en Europa, lentitud en la reapertura de China con cambios estructurales en la industria textil- la operativa local se ve afectada por falta de agua en algunas industrias afirmó Antonella Riani, responsable de mercados del SUL, este viernes en Radio Rural.
Perspectivas positivas a mediano plazo
A pesar de los resultados a la baja en las últimas tres semanas, Australian Wool Exchange (AWI) apuntó en su reporte semanal que «la presencia de una demanda constante es una señal prometedora a mediano y largo plazo».
Según este organismo, las ventas de ropa en Estados Unidos, Alemania, Corea del Sur, Italia y Francia continúan recuperándose y están muy por encima de los niveles de 2022 y en algunos mercados superan los años anteriores a la covid. No es el caso de Japón, donde el tradicional y voluminoso mercado de ropa formal no se ha recuperado.
En China, las ventas minoristas de prendas de vestir han continuado su fuerte repunte con las ventas de marzo y abril de 2023 muy por encima de las cifras de 2022. En mayo se espera que superen los niveles previos a la pandemia.