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noviembre 24, 2024

Caída en las bolsas arrastran a los granos

Entre el factor bélico y el freno de la economía global

Ante la turbulencia acopiar granos básicos podría ser una lógica que sostiene más al trigo (y por lo tanto a la cebada a lo largo de este año. Pero en el otro plato de la balanza, en Occidente las tasas de interés suben para frenar la inflación, al costo de frenar la economía. Y en China una depreciación fuerte del yuan que le está pegando fuerte a la carne en Uruguay y que puede empezar a hacerse notar en el mercado sojero, donde además cobra ritmo la cosecha de EEUU. En el comienzo de la semana el temor de los mercados es lo que más pesa.

En esa turbulencia, el mercado de granos comenzó la semana con bajas. Se mantienen en el mediano plazo las dudas sobre la oferta disponible pero por ahora pesa más la preocupación sobre la caída de la demanda futura. Esa incertidumbre y la percepción de una economía que está frenando rápidamente ha tirado al petróleo a la línea de los US$ 85 por barril y eso también incide a la baja en soja y maíz. En cambio, en trigo por ahora el ajuste es en niveles de precios interesantes y por ahora no parece peligrar un buen precio para la cosecha uruguaya. La cosecha del hemisferio Norte quedó atrás y en el hemisferio Sur Argentina es todo incertidumbre, del clima a la política. En Uruguay, los cultivos avanzan con el agua justa luego de un setiembre seco La semana pasada el trigo marcó máximos en dos meses y la posición diciembre, que sirve como referencia para el precio de la cebada en Uruguay cruzó los US$ 330 lo que permite cerrar kilos a precios atractivos. Esta semana se sostiene sobre esa referencia tras la operativa de este lunes.

En cambio el panorama es flojo en soja por la situación de China que está comprando muy poco  y así en el comienzo de esta semana se perdió la referencia de los US$ 500 por la soja 2023. China hasta octubre que tiene su tiempo político clave probablemente será todo cautela y por otro lado avanza una siembra muy importante en Brasil que puede equilibrar al mercado (ver nota aparte). De modo que en general las referencias de soja 2023 que llegaron a US$ 520 tras el último informe del USDA que proyectó una cosecha mediocre en EEUU ya están corrigiendo sobre los US$ 495. Con una buena cosecha de colza en Canadá, la oleaginosa de invierno se recuesta sobre los US$ 480.

Pero por ahora las preocupaciones de los productores están sobre lo productivo. Las condiciones más frías de lo normal ayudan a que el factor sequía no sea por ahora tan grave pero el riesgo es gradualmente creciente. En Argentina ya se habla de pérdidas importantes en trigo, que se agrega a la incertidumbre bélica. Ya es época de siembra de cultivos de invierno en Ucrania y parece quedar claro que será otra zafra con menos oferta de la normal en el país invadido.

En el caso del maíz se suma un factor nuevo como es la gran caída del precio del novillo que tiene a los propietarios de corrales envueltos en una gran incertidumbre y pausando el ingreso de ganado.

Mientras  lo tradicional ha sido que los precios agrícolas sean más volátiles que los ganaderos, en estos últimos dos meses esa lógica se ha invertido y los granos se sostienen más estables, contenidos en su posible lógica bajista (que envuelve hoy a todas las materias primas) por la cosecha de EEUU que está en sus comienzos y cobrará ritmo la semana próxima. Con los silos más cargados aún cuando la cosecha estadounidense no es buena,  el mercado empezará a mirar cuánto daño por sequía causa la sequía en la zafra del Mercosur.

La soja y su corrección bajista

Las turbulencias geopolíticas pueden cambiarlo todo. Mañana martes terminan los referendos impuestos por los invasores en cuatro provincias para forzar la separación de Ucrania. Las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y de Luhansk, que el presidente ruso Vladimir Putin reconoció como independientes antes de la invasión, y las regiones de Kherson y Zaporizhzhia suman 15% del territorio ucraniano. La prolongación de la guerra en esas zonas que Putin anunciaría como “rusas” puede desatar una guerra nuclear y ahí los productos de lujo como carne y lana se pueden derrumbar, mientras los básicos, como el trigo, pueden afirmarse.

El trigo más firme aunque lejos del pico de la guerra.

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