Hasta el 1 de julio, según datos oficiales del USDA, el stock bovino en EEUU se había reducido 2% respecto a 2021, alcanzando su nivel más bajo para esa fecha desde 2016. La existencia de vacas de razas de carne disminuyó 2,4%, una reducción de 750.000 cabezas desde el año pasado par un total de 30,35 millones de cabezas.
Desde el pico reciente en 2018, el stock de vacas de carne de julio disminuyó 6,3% o un total de 2,05 millones de cabezas. El inventario de julio de vaquillonas se redujo 3,5% de 2021 a 2022.
Tyson Foods proyectó que el rodeo seguirá en contracción este año y que los precios del ganado y de la carne seguirán la tendencia al alza en 2023 y 2024.
Los precios de la carne han subido 10% desde el año pasado, según los datos del gobierno de EEUU, y los márgenes operativos de la industria cayeron desde 22,6% en el segundo trimestre de 2021 a 10,2% en el mismo período de este año.
Los márgenes disminuirán aún más, a 5% a 7%, según Tyson Foods.
La disminución del stock vacuno de EEUU por factores climáticos y costos de alimentación continúa presionando al alza el precio de la carne al consumidor en medio de índices inflacionarios récord, si bien el dato de junio fue de 8,5%, algo menor a lo esperado.
La sequía y los altos costos de las raciones impiden a los productores mantener sus existencias, “una decisión que restringirá el suministro de ganado durante años” según analistas citados por la agencia Reuters.
La disminución en el número de cabezas de ganado, combinada con otros costos productivos, explica por qué la caída reciente en los precios de los granos puede no traducirse de inmediato en precios más bajos de los alimentos. Los productores afirman que los sus costos fijos subieron hasta 40% respecto a 2021.
La industria frigorífica afronta costos más altos del ganado gordo, la mano de obra, combustibles y otros insumos. Tyson Foods reportó el lunes ganancias más débiles de lo esperado.
En base a Reuters